Los vientos alisios soplaban con
rachas fuertes y continuadas, refrescando los ardientes rayos de Magek haciendo
tolerable la temperatura ambiente para las numerosas personas que nos
encontrábamos en la Playa de Chimisay en el menceyato de Güímar para
asistir una vez más a la ceremonia de
bautismo por agua según el rito de de la Iglesia del Pueblo Guanche.
En este emblemático lugar donde
una leyenda católica hace “aparecer” a uno cabrero guanches una imagen de
Nuestra Magné Chaxiraxi ya transformada por obra y gracia de esa Confesión
religiosa en Virgen de Candelaria, tuvo lugar una vez más la ceremonia de
bautismo por nuestro rito.
Bajo el manto protector de
Nuestra Magné Chaxiraxi nuestra Congregación espiritual se ve enriquecida con la integración de 22 nuevos
hermanos que han asumido como señas de identidad de pueblo diferente y
diferenciado tanto en el plano étnico como espiritual nombres propios guanches.
Oficiaron la ceremonia nuestro
Faykan Rukaden Ait Arehukas Teguise y las maguadas Ariscaya Himagua y Dacil Ait
Tillelli, asistidos de los aspirantes a kankus Altakay Ait Anez’ Ram, Beneharo
Tajo Ait Arico y Ancor Tamaday.
El Ungüento Sagrado Guanche fue
impartido por nuestro hermano de Tamarant y futuro kanku, Demerfe.
Nuestro Faykan leyó a los
presente el siguiente texto de bienvenida:
“FAYKANATO N CHINECH
BAUTISMO 5 N WANT’ IJAMAYNUT MAGEK 15 ACHANO N TAYNAY TALLIT TAGWANCET
En muchas religiones las abluciones y los baños
sagrados han sido frecuentes a lo largo de la historia. Como símbolo de
purificación o de nacimiento a una nueva vida. Los ritos de agua se usaron en
Egipto, en Babilonia Libya y en otras religiones mistéricas. El rito de
inmersión en los eres, charcos o en la mar significa borrar impurezas morales o
rituales.
Bautismo del
origen griego: “baptizo” significa sumergir. Los
baños sagrados son comunes a muchas religiones antiguas, como los ritos eléusicos, mitraicos o el
hinduismo y el budismo, entre otras muchas confesiones religiosas.
En pleno siglo
XXI cuesta creer la cantidad de personas
que siguen determinada religiones y nunca se han preguntado el origen de sus
creencias o prácticas religiosas.
Generalmente
si se le pregunta a un parroquiano por
el origen de los ritos que practica la repuesta es negativa, en algunos casos
se limitan a responder que: “así lo hacían sus y abuelos y sus padres y así lo
hacen ellos” sin cuestionarse que es lo que realmente significan los ritos que
celebran; bautismo, bodas, sepelios entre otros.
Por ejemplo,
en las prácticas religiosas populares de determinada religión de las
denominadas mayoritarias, sus adeptos en muy raras ocasiones se cuestionan las
creencias, costumbres o rituales que esta confesión enseña como mandato de su
dios a los feligreses. Si en alguna clase de catecismo alguien pregunta por qué
se cree en ciertos dogmas, la respuesta siempre era la misma, “porque así lo
manda la santa madre iglesia”.
La imagen distorsionada que circula por Occidente
acerca del Magreb - o de nuestro continente Áfricano en general y de nuestra
ancestral cultura guanche en particular- se ve agravada respecto al mundo
Amazigh (Bereber), donde las diferencias culturales en gran medida se han
ignorado, luego no existen, para uniformalizarlo todo bajo la etiqueta de lo
espanol o católico.
“Todo parece indicar que con el norte de África
Amazigh (la Amazigia) ocurre lo mismo y las situaciones de opresión (por no
decir genocidios, etnocidios, ecocidios, aculturación forzada, etc.),
realidades cotidianas que se maquillan o silencian.
Todo ello a pesar d que 100,000 años ante de la era actual,
en África, se dan las primeras
manifestaciones de prácticas mágico-religiosas. Sepulturas y culto a los
muertos. Aparición del hombre moderno (Homo Sapiens Sapiens) entre el
100,000 y el 40,000 a.e.a.
Se construyen los primeros monumentos
megalíticos funerarios (dolmen, tumbas en hipogeo, bazinas).
La realidad sociocultural Amazigh, como por ende
la Amazigia, se muestra fragmentada y dispersa, ubicándose históricamente en
los actuales estados de Marruecos (en el Rif, el Atlas, el Sous), Argelia
(Aurés, Kabilia, Mzab, Hoggar) Túnez (isla de Yerba, Matmata, Krumirie), Libia
(en el djebel Nefussa, Tibesti), Egipto (oasis de Siwa), Malí (noreste), Niger
(noroeste) el Chad (algún impreciso "espacio nómada" en la región
fronteriza con Libia y Níger) o Burkina Fasso (una ínfima franja al norte, si
acaso).” Y naturalmente en nuestro Archipiélago Canario.
La conciencia de la crisis moral
de nuestro tiempo plantea cuestiones de inmediata urgencia si se trata de
caminar hacia una sociedad más cercana a sus ideales de justicia.
En este camino debe recuperarse
el discurso de la modernidad, encontrando en él las bases de una fundamentación
ética compartida que haga viable un orden social. Al mismo tiempo, las
tradiciones religiosas disponen de un caudal de ideas e emociones que deben
contribuir a construir un camino consensuado hacia la justicia y la ética.
Es
la práctica actual de religiones pre-cristianas como es el caso de la religión
del primigenio pueblo canario que el sistema dominante se obstina en definir como paganas. Usar este término sin
embargo es algo injusto, ya que es un símbolo de discontinuidad y por tanto, el
término es incorrecto en la mayoría de los casos ya que muchas de estas
tradiciones se mantuvieron vivas sin cortar su historia o herencia.
Para Chinech (Tenerife) el frayle dominico Alonso
de Espinosa dejo recogido el hecho del bautismo por agua de nuestros ancestros,
aunque como es natural desde una óptica egocristiana, por lo que no se preocupó
investigar seriamente la realidad ritual despachando el tema con una pocas
líneas, veamos en que términos:
“Acostumbraban (porque tomemos
desde principio la materia) cuando alguna criatura nacía, llamar una mujer que
lo tenía por oficio, y ésta echaba agua sobre la cabeza de la criatura: y
aquella tal mujer contraía parentesco con los padres de la criatura, de suerte
que no era lícito casarse con ella, ni tratar deshonestamente. De dónde les
hubiese quedado esta costumbre, o ceremonia, no saben dar razón más de que así
se hacía. No que fuese sacramento, pues ni lo hacían por tal, ni les era ley
evangélica predicada, más era una ceremonia de un lavatorio, que también otras
naciones usaron.”
El hecho de que este rito sagrado
no era tan simple como nos lo expone el frayle dominico queda de manifiesto en
la Tamusni (Historia de tradición oral) y recogido por varios cronistas, entre
ellos, el amusnau de las bandas de Chasna cho Juan Bethencourt Alfonso, quien
nos legó una lista de lugares sagrados guanches en lo que aún después de la
invasión y conquista continuaban llevándose a cabo los sagrados ritos de
purificación o bautismo.
Algunas de las fuentes y charcos
de rivera nos recuerdan por sus actuales nombres el uso a que fueran
destinados: el Charco del Bautisterio en el barranco de Chinguaro, antes
Barranco Santo, en Güímar; Charco del Bautisterio a orillas del mar en La
Guancha; Lavatorio de los guanches o Fuentita de Cerrogordo, sobre el caserío
de La Guancha, y Charco del Bautisterio, en el barranco del Boxo, en Arico.
También es tradicional que
bautizaban en la Fuente de Jénica o de Los Juncos, en El Rosario; en la Fuente
de Jéñica, en Granadilla, y otros puntos; afirmando varios que todas las
fuentes apellidadas de Jéñica estaban reservadas al bautismo por el rito
guanche.
Hoy estamos reunidos bajo el amparo de Nuestra Diosa Madre
Chaxiraxi en este emblemático lugar de Chimisay, sitio donde según la tradición
apareció una imagen de Nuestra Magné.
Hoy muchos hermanos y hermanas nuestros quieren reafirmar
sus lazos identitarios como personas pertenecientes a un pueblo diferente y
diferenciado asumiendo libremente y con sano orgullo nombres propios
autóctonos, en el seno de nuestra Congregación.
Sean todos/as bienvenidos/as, hacemos votos para que
Nuestra Magné Chaxiraxi les cubra a ustedes y sus seres queridos con su Manto
Protector de Luz Divina.
Guayre Adarguma Anez’ Ram n Yghasen
Guadameñe.”
Concluida la ceremonia de inmersión e imposición
del Ungüento Sagrado, se procedió al Pacto de Colactacion, precedido de las
siguientes palabras pronunciadas por nuestro Faykan:
“QUE ES EL PACTO DE
COLACTACION
Es el hermanamiento de leche, es un juramento
fuerte e irrevocable entre los miembros de la Congregación de la Iglesia del
Pueblo Guanche. Es el juramento de unión más potente que los canarios podemos
llevar a cabo.
Tradicionalmente se considera mucho más
vinculante que el de hermanos genéticos. Las referencias a los juramentos de
hermanamiento mediante el pacto de colactacion queda de manifiesto en el
episodio denominado como alzamiento de los gomeros.
El 21 de noviembre de 1488, a
raíz de la ejecución en Guahedum del colono y lujurioso Hernán Peraza, se
produce en La Gomera una rebelión que, por su trágico final, significará para
los gomeros el fin definitivo de su condición de pueblo libre.
El libidinoso Hernán Peraza El Joven
había ratificado el pacto de su abuelo, pero mientras Peraza quiso entender el
pacto como un acto de vasallaje hacia él, los gomeros lo seguían entendiendo
como un acto de hermanamiento y de ayuda entre ellos con una serie de leyes de
obligado cumplimiento. Hernán Peraza lo incumplió, no sólo al cautivar esclavos
y tratar despiadadamente a los gomeros, sino al mantener relaciones con la
sacerdotisa Iballa, su hermana, en virtud del acuerdo suscrito.
Invitamos a aquellos hermanos/as que estén
dispuestos a asumir libremente y en plenitud este pacto de hermanamiento a
compartir la leche sagrada.
Chikayka 5 de Want’ ijamaynut Magek 15 achano n taynay tagwancet”
A continuación como es habitual en nuestros actos
procedimos a la comida de hermandad, como siempre abundante en vianda y bebidas
compartidas por todos los asistentes en franca hermandad.
Fuentes consultadas:
Guillermo Alonso Meneses
La Religión Amazigh
África Internacional Nº 19
Fray Alonso de Espinosa
Historia de Nuestra Señora de Candelaria
Ediciones Goya 1980
ISBN 84-85437-03-9
Juan Bethencourt Alfonso
Historia del
Pueblo Guanche, T. I
Francisco
Lemus Editor.
La
Laguna-Tenerife, 1991.
Guayre
Adarguma Anez Ram’n Yghasen
Es de origen
cristiano el bautismo por agua?
Blog La Gaveta
de Aguere.
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