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martes, 8 de octubre de 2013

LA DIOSA MADRE EN LAS ISLAS CANARIAS-XX-II




 



Volumen III

CAPITULO XX-II


Eduardo Pedro García Rodríguez

 

LA OTRA IMAGEN DE LA VIRGEN DEL PINO


El súbdito de su Graciosa Majestad Británica, mayor de los Reales Ejércitos,  incansable viajero y profundo conocedor de nuestro continente africano, A.B. Ellis (muerto en Santa Cruz de Tenerife, el 5 de marzo de 1894, donde fue enterrado en el cementerio de los ingleses) en su obra Islas de África Occidental, publicada en Londres en 1885 nos legó un interesante documento en torno a una de las primitivas imágenes de la Virgen del Pino. Este autor nos dice: “Entre otras imágenes extraordinarias de esta isla, una de las más es la que existe en la iglesia de Teror, una pequeña pero pintoresca aldea situada a unas once millas de Las Palmas. Es de madera, está cubierta de joyas y provista de cuatro brazos. Y lo que para alguien que conozca las deidades de la India supondría que intenta representar al dios indú Visnú, aquí, sin embargo, es la Virgen, y la tradición asegura que hace algunos siglos se la encontró milagrosamente clavada en un pino de un bosque cercano. No obstante, por el que tiene cuatro brazos es un misterio que dudo que incluso un sacerdote pueda resolver sastisfactoriamente”.

Como ejemplo de lo dicho, hemos entresacado este artículo el cual consideramos expresivo en cuanto al vacío espiritual motivado por unas creencias impuestas, y que en lo más profundo de nuestro ser, los canarios hemos venido rechazando durante toda nuestra historia como pueblo colonizado: <<Desde hace miles de años los magos hemos vivido la cultura del respeto al diferente, por eso nos alegramos cuando el Papa católico pidió perdón por las veces que los católicos no habían respetado otras culturas y creencias espirituales. La declaración papal nos hizo esperar que a partir de entonces la Iglesia Católica respetaría la forma de las creencias espirituales del pueblo canario porque de nada sirve pedir perdón sin enmendarse.

Sin duda hay creencias, imágenes, advocaciones en Canarias hoy día que simpatizan diferentes fuentes espirituales, y el respeto mutuo exige que no se manipulen los significados y sentimientos del pueblo canario.

En Gran Canaria la imagen central de la espiritualidad es la Diosa- Madre del Pino, o como también se le conoce hoy, la Virgen del Pino. Es un culto milenario que ha pervivido en todas las épocas de nuestra historia. Ni siquiera la inquisición, ni el nacional-catolicismo del franquismo lograron apagar el valor que la Madre-Virgen del Pino tiene para los canarii.

Es no cumplir con el perdón solicitado por el Papa y con la promesa de respeto a todas las culturas del Mundo que la Iglesia Católica utilice a nuestra Matrona del Pino para lograr la participación de los canarios en el jubileo, y luego salgan con eso de que lo importante es Cristo, llegando algunos curas a silenciar el papel de la Virgen en la espiritualidad de los canarios.

La diferencia de trato se pudo ver en el recibimiento que se hizo a los dos símbolos espirituales en la Iglesia de La Luz. Mientras al Cristo de Telde se le recibió oficialmente con voladores, nuestra Madre del Pino fue recibida con el silencio oficial que si no se notó porque la pasión milenaria del pueblo canario hacia nuestra divinidad estalló en un clamoroso recibimiento de corazones y aplausos que se sintió más hondo y más fuerte que los propios voladores. Seguro que nuestra Matrona quedó igual de contenta, porque a Ella lo que le importa es su pueblo. Pero Ella no lo echará en falta, no quiere decir que no sea una falta de respeto de la Iglesia que incumple con la promesa papal.

Lo mismo habría que recordarle a D. Antonio Cruz Domínguez, para que el respeto que otros le damos sea correspondido por él. D. Antonio no debería jugar a modificar la historia espiritual del pueblo canario. El respeto exige que acepten la realidad de que las diferentes advocaciones bajo la imagen de las Madres-Vírgenes, tienen significados diferentes y todas son complementarias en la cosmogonía canaria. El Pino, La Rama-Las Nieves, El Rosario, La Peña, etc., juegan papeles centrales dentro de nuestra espiritualidad, pero no se debe olvidar que si la Iglesia católica admitió celebrar en Canarias La Candelaria el 15 de Agosto en vez de del 2 de Febrero, se debe a que en Agosto los magos celebramos desde hace miles de años el ritual del año nuevo ante la Madre Tierra. El Besñemen y La Candelaria quedaron desde entonces unidos y mantuvieron su celebración en toda Canarias. Contraponer a nuestra Madre del Pino con La Candelaria es una burda manipulación para que los canarios perdamos aquellos símbolos que nos unen desde siempre. Como buen católico el Sr. Cruz Domínguez debería pregonar el amor y no promoviendo enfrentamientos confundiendo las estructuras administrativas y políticas de diócesis divididas, con la unidad espiritual canaria conformada por un conjunto de creencias y celebraciones que han convivido durante miles de años.(Felipe Ros, en Amaga)

NUESTRA SEÑORA DEL PINO



Uno de los intentos más notables de sacralizar por parte de  la iglesia católica los lugares de culto de la ancestral religión del pueblo guanche, lo constituye sin duda el llevado a cabo con el Pino Santo de Theruri; Aterure; Terori o Teror.


Veamos uno de los primeros documentos en que los colonizadores hacen referencia al Pino Santo de Terori: <<Prosiguiendo Pedro de Vera en el repartimiento llegó a un término llamado Terori, porque se nombraba así el Canario, cuyo había sido, del cual tomó el nombre aquel territorio suyo, en el cual apacentaba sus ganados, cerca de la fértil y frondosa selva de Doramas (...) No habían llegado hasta entonces los españoles a aquel sitio por ser lo más fresco y lloviznoso de la cumbre a la parte norte de la isla, y para llegar a él en esta ocasión fue necesario que fuesen de aquellos Canarios guiados los Españoles Conquistadores que iban en aquella tropa; aviéndoles antes los Canarios informado que en aquel sitio de Terori estaba un árbol muy alto y admirable, que contenía en sí una rara maravilla, cuya noticia tenían de sus mayores y ancianos y había más de cien años que venía de unos en otros.

Dijéronle que en aquel territorio  había muchas fuentes (...). Pero, que al pie del coposo árbol nacía una que lavándose con su agua sanaban de las enfermedades que padecían, y, por eso, la usaban mucho en sus necesidades y faltas de salud. Y que en los ramos de aquel árbol asistía tan continua una estrella muy resplandeciente y clara, que ellos la tenían ya por vecina, y, aunque muchos habían intentado subir a las frescas ramas, donde estava, por ver su hermosura, nunca les fue posible llegar a ella, porque todos perdían las fuerzas y se deslizavan por el pie de aquella planta, donde habitava>> (Anónimo de Diego Enríquez (ca. 1640) (Quintana –Cazorla, 1971:63-65) (En José Barrios García, 1993:111)

Como podemos ver, el Pino Santo de Terure y el santuario que en él existía ya era venerado por los canarios desde siglos antes de la conquista y colonización de la isla por los españoles, e indudablemente, continuó siéndolo durante mucho tiempo a pesar de los esfuerzos y métodos empleados por éstos para erradicar la antigua religión guanche como tendremos oportunidad de constatar.

Los ritos tradiciones y de la Iglesia del Pueblo Guanche que por su profundo arraigo en el pueblo canario, eran difíciles de erradicar, fueron asumidas por el cristianismo y reconvertidas en “apariciones” de la Virgen católica, aplicándole a esta el nombre del lugar sagrado donde tenían lugar la manifestaciones o se producía la asistencia masiva y continuada de los fieles para venerar a la Diosa-Madre, Tanit, y el de Cristo o el de alguna santa o santo católico a los lugares donde se rendía culto a los dioses mediadores  o locales. La toponimia impuesta por los colonizadores nos ofrece multitud de ejemplos de este hecho.

El Pino Santo de Teror con sus 40 metros de altura, debió ofrecer un aspecto imponente, para los fieles de la Iglesia Guanche donde no sólo rendían culto a la Diosa Tanit, sino que además recibían un bien físico recuperando la salud mediante las aguas sagradas que manaban de la fuente santa que brotaba del pie del árbol santo, de la que como hemos dicho en otro lugar, también se beneficiaron los colonizadores europeos. El investigador José Barrios García, nos ofrece una visión de la majestuosidad del santuario en los siguientes términos: <<...El santuario estaba compuesto por los siguientes elementos:

-Un pino canario con tres dragos gemelos plantados en su copa a unos 30 metros de altura. Los dragos encerraban entre sus raíces una piedra con un grabado formado por la silueta de dos pies. Completaba el santuario una fuente que manaba al pie del Pino, considerada medicinal por los antiguos canarios y seca poco después de la conquista.

-Las tradiciones del Pino de Teror tienen su origen en la cultura de los antiguos canarios.


En el Pino de Teror tenían éstos simbolizada la tumba de un antepasado protector cuyo nombre-no conocemos otro- sería precisamente Aterure. La prueba definitiva de ésta hipótesis construida sobre paralelos antropológicos actuales con el vecino continente, la constituye un testimonio oscuro de Marín de Cubas que refrenda ¡en 1687! Lo expuesto:

<<Lo qe piadosamente se tiene es qe en aquellas piedras, i tierra onde estaban plantados los dragos, devía estar el cuerpo de algun Varón Sancto que en la Ysla muriesse(...)>>


-El núcleo de este simbolismo lo constituirían los tres dragos encerrando entre sus raíces la
piedra con los grabados podomorfos. Precisamente, un árbol encerrando entre sus raíces una piedra simboliza en el pensamiento nortafricano tradicional la unión de las dos almas que constituye la personalidad humana; nefs y rruh, constituyendo a menudo lo esencial de un santuario. Estos nos lleva a considerar que los canarios creían en esta dualidad del alma. Algo de lo que no hemos podido encontrar rastros en las fuentes escritas. Pero que podemos probar de esta manera.

-Estas tradiciones canario-mazigias fueron sometidas a un intenso proceso transculturador con la llegada castellana, dando lugar al actual culto a la Virgen del Pino.>> (José Barrios García, 1993:112)

Un lunes 3 de abril de 1684, un fuerte temporal derriba el Pino Santo de Teror, al que ya sólo le quedaba entre sus ramas un drago, los otros dos habían caído, el primeo hacía 1620-1630 y el segundo en 1681 como consecuencia de un fuerte vendaval que azotó la zona.

 

EL PINO SANTO DE LA ISLA DE LA PALMA, MUNICIPIO DE EL PASO, BREVE RESEÑA HISTÓRICA:

EL PINO DE LA VIRGEN


Entre el arco de cumbres que protegen a El Paso de los vientos del norte y el Pico Bejenado, las gentes del lugar dibujan el perfil yacente de un gran gigante dormido. A sus pies se extienden paisajes de tierras más anchas, llanos de cultivos olvidados, añejas cañadas ganaderas, majanos de piedras acumuladas entre almendros y castaños.
Durante muchos años un antiquísimo Pino Santo sirvió de santuario a la representación de la Diosa-Madre Abora –La Luz- en su versión cristiana como Virgen del Pino. El santuario está ubicado en el bosque de El Reventón. El 23 de marzo de 1876 Dña. Magdalena Rodríguez Pérez, vecina de El Paso, obtuvo permiso del Ayuntamiento para construir una pequeña capilla en la que albergar a la imagen.
Paisajes volcánicos entre almendros y majanos Es el municipio más amplio de Benahuare (La Palma); se sitúa en la vertiente occidental agrupando toda la parte alta del Valle de Aridane y La Caldera de Taburiente, en una superficie de 135 kms. cuadrados. Limita con todos los municipios de la Isla, excepto Tazacorte y es el único que carece de franja costera. 
Rodeado por las moles del Bejenado, Cumbre Nueva y parte de Cumbre Vieja, el relieve se presenta como una gran extensión de pedregales y campos lávicos más o menos recientes, tradicionalmente dedicada al cultivo de secano, pastizales y monte.
Habitualmente se visualiza en este paraje el llamado "efecto Föhn", una ola inmensa de húmedas nubes se derrama presurosa sobre el relieve de esta vertiente más cálida que las diseca, desvaneciéndolas.
La comarca alta del valle de Aridane destaca por tener el poblamiento benahorita más elevado de la Isla, lo cual nos indica la fuerte ocupación territorial en un claro indicio del aprovechamiento de los recursos vegetales para su rica cabaña ganadera.
Los colonos europeos, a partir del siglo XVI, se asientan en las zonas bajas del valle, explotando los recursos forestales de sus bosques que, poco a poco, van cediendo el protagonismo a las tierras roturadas, en las que predomina el pedregal. Para aprovechar el espacio agrario se fueron amontonando, con mucha paciencia, las piedras que recogían de sus huertas dando lugar a los espectaculares majanos (construcciones de piedra en forma piramidal) y muros, muy característicos en el "Llano de Las Cuevas". La mayor parte de estas roturaciones se producen en el primer cuarto del siglo XIX.
 La ciudad de El Paso se sitúa a lo largo del camino que unía Los Llanos y Tazacorte con la Capital Santa Cruz de La Palma a través de la cumbre, de ahí su nombre (El Paso). Hasta 1837 pertenecía a la jurisdicción del valle de Aridane, momento en el que creó ayuntamiento propio, concediéndosele el título de Villa en 1878 y el de ciudad en1910.
El primer domingo de septiembre todos acuden a la ermita de la Virgen del Pino para rendir homenaje a la imagen , en medio de celebraciones eligiosas, festejos populares y comida bajo los pinos.
Cada tres años, en los meses de agosto y septiembre, la Virgen desciende en romería hasta la iglesia de Nuestra Señora de Bonanza, acompañada de engalanadas carrozas y romeros ataviados con vestimentas tradicionales. 
Referencia especial merece este santuario de particular belleza por el trabajo minucioso de los esgrafiados geométricos que enriquecen sus paredes. En su fachada se repite el esquema arquitectónico del pequeño balcón abierto sobre la portada; en lo alto, tres campanas ocupan la espadaña que corona este edificio con sello propio.
Los fuertes desniveles marcan paisajes colonizados por el pino canario, el agua los enriquece fluyendo constantemente de sus nacientes y galerías dando a luz numerosas cascadas.
La verticalidad de sus riscos arropa secretos geológicos como las lavas almohadilladas que forman parte del antiguo complejo basal, diques de basalto, roques y antiguas chimeneas.
Cuando visitamos el interior de este espacio protegido, el cielo queda bien arriba y nos sentimos como tragados por una tierra donde el tiempo transcurre lento.
Desde allí parte un sendero que nos conducirá hasta el Lomo de Las Chozas, balcón natural con panorámicas sobre los azulados riscos que mueren en el fondo del Barranco de Las Angustias, soberbias agujas de basalto apuntan al cielo; en medio del pinar, a lo lejos, se dibujan los contornos del Roque Idafe, lugar sagrado para los antiguos awaras o benahoritas, escenario donde se brindaban vísceras de animales con el fin de que el roque no cayera y destruyera su cultura.
Bajando por Hermosilla, estrecho callejón que discurre entre El Paso y Los Llanos, encontraremos el desvío hacia La Fajana. Espacio sagrado para los benahoritas o  awaras que un día tallaron con esfuerzo las duras piedras de basalto. En los grabados rupestres se encuentran formas solares, "Abora" llamaban a la Sol que iluminaba el cielo cada día. Los motivos rupestres están situados en un margen del barranco, sus formas originales presencian el ocaso de la Sol y evidencian los ritos awaritas hacia los dioses de la naturaleza.
A lo largo de miles de años los volcanes han ido modelando los perfiles de La Palma; la belleza violenta y desordenada de los paisajes volcánicos dejan hondas huellas en el municipio de El Paso. Allí acontecieron erupciones como las de Tacande, Tajuya, El Charco y San Juan, todos ellos forman parte del Parque Natural de Cumbre Vieja, de 7.500 has.
Los materiales fundidos vomitados por los cráteres asolaban los campos, los movimientos sísmicos, humaredas, incendios forestales, lluvias de ceniza, olor a azufre, pánico colectivo son muchos de los síntomas de que un volcán está activo. Así lo recuerdan las gentes que se estremecieron, en 1949, durante la erupción del San Juan; sus negras lavas se extendieron ladera abajo, incrementándose la Isla por Las Hoyas y Puerto Naos en unas cuantas hectáreas.


VIRGEN DEL PASO O DE  LOS CARBALLOS, PROPIEDAD DE LA FAMILIA LÓPEZ CAPOTE (El Paso, La Palma).

 Imagen de vestir  (es decir, solamente tiene cabeza y dos brazos, el cuerpo lo conforma un entarimado de cuatro  listones de madera), “encontrada en casa de unas tías de mi bisabuelo, Juan López Pino (Juan Carballo), en Tenerra (zona de El Paso), y actualmente en posesión de mi tía abuela (su hija) Sandalia Melva López Capote, de 79 años”.

            Según palabras de sus mayores recogidas por nuestro  informante, D. Pedro Pérez López, la imagen data de “tiempos de los guanches, (posiblemente antes de 1492, fecha en que fue invadida y colonizada la isla) y fue encontrada en un paredón de piedras secas donde estaba escondida.

Inicialmente estaba vestida con un traje azul, en bastante mal estado, que mi bisabuela María Consuelo Capote Pino (María Pinilla) cambio por otro de rayas blancas y azules, que ella misma elaboró. Actualmente viste un traje azul realizado por los restauradores que la arreglaron en fechas recientes, pues su estado era penoso”.

  También afirman estas tías abuelas mías  y “la gente de antes”, que cuando hacía viento, colocaban a la virgen en los árboles para que parara el mal tiempo. Igualmente que un sacerdote católico tituló a la imagen como Inmaculada Concepción, quizás porque esa es la patrona del pueblo de El Paso, Isla de La Palma.

ERMITA DE EL PASO (LA Palma):


Medidas aproximadas de la imagen: Esta estatuilla esculpida en madera tiene unas medidas similares a las de la Diosa Abona y otras encontrada en la isla de Tenerife, que actualmente se encuentran depositadas en diversos conventos católicos, veamos: La cabeza hasta el final de la cabellera mide 15 CM. El rostro desde la barbilla a la cabellera 10,5 CM. El ancho del rostro es de 8,5 CM. Pecho 8,5 CM. Vestida desde el tronco a las caderas mide 35 CM. Brazos 16 CM. De largo, en los dedos 3,3 CM.

La imagen descansa en una base de madera de forma octogonal irregular cuyas medidas oscilan entre los 10 y los 9,5 CM. En sus lados. Una vez vestida la estatuilla alcanza una altura de 57 CM.
 EL LAUREL DE LA PALMA. En la isla de La Palma en el pueblo de San Pedro de la Breña lugar de cien personas, distante una legua de la ciudad, de la Vera Cruz[1], se halló en el barranco de Aguacencio próximo a una cueva de grandes dimensiones un laurel, que cortado por el pie dividieron sus ramas en pedazos para el fuego, y quedó un rolo del tronco. Un día festivo de aquel lugar que era San Pedro, donde ocurrió que tratando de trocearlo no pudo su dueño partirlo con un hacha, viendo que era en vano el hacheado, procuró dividirlo en dos mitades y pudo verse en ambas partes señaladas dos cruces a modo de manchas pardas, las veía con tanta perfección como si a mano se hubiesen pintado.
Vinieron al barranco, las personas que estaban en la iglesia y otras de aquellos contornos, causando a todos mucha devoción, la novedad, es cada cruz de media vara de largo, con peana ancha triangular y en los remates de brazos y cabeza (perfeccionados por extremo como de mano de artífice) tiene remate circular y en la cabeza de una cruz que es un poco mayor que la otra, se ven cuatro letras que parecen ser hebreas y que inician el rótulo de la Santa Cruz del redentor del mundo, en medio se divisa una cabeza y corona de rey señalados los brazos y pies cuanto los clavos pudieron sujetarlos.

Otras cruces se limpiaron en el madero en forma de tablas que se guardan en dos relicarios; de las astillas que salían de cada parte se formaba otra cruz, a modo de flor con cuatro hojas puntiagudas, hubo algunos discursos sobre si es la causa de haber allí habido cristianos, cuya memoria se hubiese perdido por la antigüedad de los tiempos,  y no saberse hasta ahora por querer el Señor a cuyo cargo está el ocultarlo o revelarlo, dar muestra. Otros decían que aquello podía deberse a la casualidad el tener aquel árbol ciertas manchas de perfectas cruces, pudo suceder que fueran creadas por la naturaleza.

Pero sucedió que estando  en estas conjeturas, pocos años después -y no hace mucho que sucedió todo- cortando otro árbol, en la misma isla en la ciudad de Vera Cruz, o Santa Cruz, que por esto quieren algunos vecinos que se llame así, se halló otra Cruz muy prefecta divididas de las partes adjuntas, donde estaba unida que pudo con facilidad desasirse y se guardó por gran reliquia y se  envió a España, era de naranjo y este no pudo ser plantado sino después de la conquista  porque en ninguna de estas islas  hubo árbol frutal  excepto higueras en Canaria y en Tenerife, se dice que hubo de otras que daban los higos muy pequeños y pardos por fuera. (Tomás Arias Marín de Cubas, [1694] 1993)

En este documento D. Tomás nos esta contado el derribo de un santuario guanche (o awara) dedicado a la Diosa Tanit en su representación como Diosa de la Naturaleza, la Fertilidad o del “Verde” y ubicado en un árbol sagrado, en este caso un laurel que a juzgar por la descripción debió ser centenario cuando fue derribado.

Las cruces que nos describe don Tomás, no son cruces cristianas, y sí una representación de la Diosa Tanit, que los especialistas denominan como “Cruz con pena” o de “Botella”, este tipo de signo es frecuente en los yacimientos y paneles de grabados existentes en toda la orografía insular, recordemos los del santuario de Taganana.

En cuanto a los remates redondeados que muestra la cruz en los brazos y cabecera no son otra cosa que los anteojos, es decir signos mágicos protectores contra los genios maléficos.

Por otra parte, D. Rafael Muñoz, nos ilustra sobre el origen de las cruces y nos dice: “La figura de la cruz tiene un origen muy antiguo, quizás por la simplicidad de sus formas –dos líneas que se cruzan - . Podemos ver esta figura en China, en Cnosos: en Creta hay una cruz de mármol, datada en el siglo XV antes de Cristo. Del tercer milenio hay otra figura que representa una cruz. En Susa. En Egipto las formas cruciformes son muy numerosas:

“Dos tablas de la que una atraviesa a la otra. Ideograma, adjetivo imy,  el que esta dentro de’, fonograma imi. Puede sustituir a  la cruz en forma de flor (cuatro pétalos), ideograma que pasa a fonograma con valor wn. Dos bastones cruzados. Determinativo ‘dañar, dividir’ (wpi). Contar (hsb). Fonograma sbn ‘beber’.” (Rafael Muñoz, op.cit.)

Como podemos ver incluso las cruces en forma de flor forman parte del mundo religioso de nuestros ancestros mazigios y que las profundas convicciones católicas de D. Tomas y de otros historiadores posteriores les inclinaron a interpretar como cruces cristianas.


TEDOTE O SANTA CRUZ DE LA PALMA: Se sitúa en la vertiente oriental de la Isla en disposición vertical mar-cumbre, con un total de 43,47 km cuadrados, que supone el 6,12 % del territorio insular. Sus límites están definidos, al Norte con Puntallana por el Barranco Seco, al Sur con Breña Alta por el Barranco de Juan Mayor, al Este el océano y al Oeste la crestería de Cumbre Nueva y La Caldera de Taburiente, lugar en el que se encuentra su punto más elevado (Pico de La Nieve, 2.247 m). 
Toda la vertiente se encuentra surcada por profundos barrancos, producto de un largo proceso erosivo sin erupciones que modifiquen el paisaje; el único cono volcánico destacable es la montaña de Tagoja, a 1.097 m de altitud
La primera ocupación humana, asentada sobre el antiguo cantón de Tedote, se remonta hasta la primera mitad del I milenio a.d.n.e. Con la llegada de los primeros contingentes de pobladores procedentes del Norte de África. Su presencia está constatada en algunos sitios emblemáticos como el poblado de cuevas del Morro de Las Nieves, incluso con presencia de grabados rupestres, canales y cazoletas como hemos visto en otro lugar de esta obra y La Erita, en las cumbres del municipio (complejo conjunto de grabados rupestres, con más de 300 motivos).
En 1493 se establece un contingente de colonizadores europeos dando lugar al nacimiento de la ciudad de Santa Cruz de La Palma en el antiguo cantón precolonial de Tedote, que gobernaban los hermanos Tinisuaga, Aguacencio y Bentacayse, y culmina la conquista y colonización española de la Isla. A partir de aquí la ciudad va a hegemonizar la dinámica sociopolítica y económica de la Isla, estructurándose la nueva sociedad, mezcla y cruce de sangre benahorita, española y europea en general, configurando la idiosincrasia del palmero que manifiesta orgulloso un excesivo amor hacia su tierra.
El Ayuntamiento es el edificio renacentista más importante de Canarias. Fue construido entre 1559 y 1567 con canterías traídas desde la isla de La Gomera. La iconografía de su fachada gira en torno al tema humanista del vicio y la virtud, encarnada en la monarquía católica de Felipe II. En el interior, la escalera principal está decorada con frescos costumbristas del pintor M. Cossío.
La Historia de Santa Cruz de La Palma tiene un antes y un después de 1553, el floreciente comercio de azúcares y remieles y más tarde ricos caldos de uva malvasía la convirtió en una ciudad alegre y lozana, codicia de aventureros piratas motivo por el que sus habitantes se vieron sorprendidos, el 21 de julio, por la incursión de François le Clert, Pie de Palo, al frente de 700 corsarios franceses, que durante nueve días fueron dueños de la ciudad, destruyéndola antes de ser expulsados. Posteriormente en 1585 Francis Drake y sus aventureros son repelidos desde las fortificaciones y castillos que le dieron gloria bélica y por la que ostenta el título regio de Muy Noble y Leal Ciudad.
El Rey español Carlos V comisionó al ingeniero italiano Leonardo Torriani (quien por cierto, no dejo buena semblanza de los palmeros en su “Descripción de las Islas Canarias” para proyectar el trazado del castillo (1585) que repelió los ataques de piratas y corsarios que asediaban al Archipiélago. Entre sus jardines se encuentra la escultura del artista canario Chirino alusiva a los vientos alisios.
La fortaleza de Santa Catalina se ubica cerca de La Alameda, en los límites de la Avenida. Los gruesos muros de piedra abrazan este Monumento Histórico, que formó parte del cinturón defensivo que protegía la ciudad
A partir de aquí se configura la nueva base urbanística, hoy de interés histórico-artístico, y comercial desde el momento en que se implanta, en 1558, el primer Juzgado de Indias, lo que la lleva a un portentoso desarrollo mercantilista (en estos momentos el puerto de Santa Cruz de La Palma es el tercero del mundo). Como consecuencia de esta actividad comercial, la ciudad palmera inició una desenfrenada construcción naval de gran envergadura y de reconocido prestigio. Fue, asimismo importante, la industria sedera, muy reconocida fuera de nuestras islas.
Un hecho crucial en la historia de Santa Cruz de La Palma fue la lucha contra el abuso de poder que ejercía el férreo sistema colonial mediante los regidores perpetuos en el Ayuntamiento que lo era de toda la isla. En 1771, después de un doloroso, largo y sonoro litigio, se logra abolir el carácter perpetuo de los regidores que gobernaban hereditariamente el Concejo (Cabildo) de La Palma, pasando a ser elegidos por votación y convirtiéndose, al parecer, en la primera administración local elegida por sufragio en el imperio colonial español.
La consecuencia fue la elección democrática de los representantes políticos por los vecinos del municipio, en enero de 1773. A pesar de que por esas fechas tenían la condición de vecinos solamente aquellos potentados o pudientes que pagaban impuestos, estando excluidos de las elecciones la gente del común. Esta población fue la primera que estrenar la democracia burguesa en todo el imperio español y antes que las colonias norteamericanas lograran su independencia y crearan la primera Constitución. 
            En la segunda mitad del siglo XIX, el interés por la Ilustración lleva a esta ciudad a ser el centro de las nuevas enseñanzas, logias masónicas, publicaciones, museos, hospital municipal, casa de expósitos, nuevos ideales políticos, asociaciones culturales, artes, música, teatro, cine, el desarrollo industrial y tecnológico, tales como la luz eléctrica, telegrafía o la telefonía.  Su puerto, el único comercial y de pasajeros que existe en la isla, registró en 1999 la exportación de 132.405.410 kilogramos de plátanos y un movimiento, de entrada y salida, de 48.417 vehículos y 241.252 pasajeros.

Se dice, sin que se conozcan estudios concretos, que en el siglo XVI fue el tercer puerto del imperio español después de Amberes y Sevilla. Actualmente alberga dos líneas de atraque comercial con estación de pasajeros y una dársena de embarcaciones menores.

En el siglo XVIII y XIX la construcción naval era floreciente y en la ciudad se establecen afamados armadores que instalan astilleros de barcos comerciales y de pesca. En 1771 se solicita licencia de corte de madera con destino a la fabricación de un barco para navegar a La Habana y Campeche y en 1807 para otros dos barcos para el tráfico entre Caracas y Cuba.

En Canarias, la tradición constructora de barcos estuvo siempre bien acreditada. Entre los astilleros de las islas cabe destacar los de La Palma y los de Tenerife, por las recias y esbeltas naves que de sus gradas salían. Santa Cruz de La Palma, albergó- entre otros -  los astilleros de don Fernando Arozena, cuya reputación como constructor de navíos rebasó las fronteras de nuestras islas.

En el año 1851, resbalaba por las gradas de los astilleros del Sr. Arozena una espléndida goleta. Esta fue construida por encargo de los señores Le Bruñí y Davisson, armadores de Santa Cruz de Tenerife, quienes la destinaron al transporte de pasajeros y mercancías en la carrera de Indias.

Cuando las demandas de fletes en nuestras islas estaban en pleno auge, para atender a las mismas, se construyeron excelentes veleros que aumentaron sensiblemente nuestras flotas insulares. Muchos de estos barcos nos han dejado sus recuerdos; unos, porque llevaron a cabo determinadas proezas marineras: otros, escribieron páginas de la historia reciente de Canarias, participando en el éxodo clandestino de los años 40 y 50 del pasado siglo. En fin, otros, nos han dejado recuerdos gratos como es el caso del bergantín-goleta Guanche: Éste por doble motivo, el primero, por el patromínico que ostentó en homenaje a la raza dueña de estas islas hasta que fue subyugada por los mercenarios europeos, etnia que a pesar del intento de exterminio y brutal culturización de que ha sido objeto por parte de los invasores españoles, continúa viva y presente; el segundo, porque este hermoso velero transportó desde La Habana hasta Santa Cruz de Tenerife, los plantones de “Laureles de Indias” que en un principio se trajeron para adornar La Plaza del Príncipe, los cuales se adaptaron a nuestro suelo y clima con la misma facilidad con que los canarios en general y los palmeros en particular nos adaptamos al clima cubano. Hoy casi todas las plazas de nuestras islas posen hermosos “Laureles de Indias”, hijos de aquellos que un día fueron llevados a la ciudad de Santa Cruz de Tenerife a bordo del Guanche

A mediados del siglo XIX, las relaciones comerciales con Inglaterra y Cuba favorecen el desarrollo y modernización de la sociedad palmera con la creación de empresas de transporte marítimo y un mayor empuje en los astilleros.

El velero palmero La Verdad (775 toneladas), diseñado por Sebastián Arozena, logra en 1894 batir el récord de la ruta entre Cuba y Canarias que estaba en 19 días.

Los planos y maquetas de este velero se exhiben actualmente en el Museo Insular de San Francisco, los mismos que estuvieron expuestos en la Exposición Internacional de Filadelfia de 1876. Comercio y servicios. El templo de El Salvador del Mundo y el Ayuntamiento edificados en el siglo XVI, son el mejor conjunto del Renacimiento en piedras canarias.

El pórtico de la iglesia, construido entre 1580 y 1585, se atribuye a Juan Ezquerra, quien lo organiza con un arco de medio punto, con cuatro columnas pareadas evocado un arco de triunfo romano. El altar mayor lo preside el cuadro La Transfiguración, de Antonio María Esquivel.

La iglesia de Santo Domingo, guarda el mejor conjunto barroco de la isla, retablos, coro y púlpito; además de las pinturas de La Genealogía de Jesús y el Árbol de Jesé, San Miguel, San Juan Bautista, Santos Dominicos y San Francisco, de Pierre Pourbus el Viejo, todas ellas, junto a la Santa Cena, de Ambrosio Francken, constituyen la más extraordinaria colección de pintura flamenca de Canarias.

En 1514 se funda el hospital de Nuestra Señora de los Dolores. A mediados del siglo XIX el Ayuntamiento destina las salas del edificio a Plaza de Mercado y el oratorio a teatro, hoy Teatro Chico. Cuenta esta ciudad con otro teatro, el Circo de Marte (siglo XIX), en restauración.
A la vera del Océano camina la antigua calle de La Marina; las aguas salpican de sal a los visitantes que fotografían las balconadas superpuestas de la avenida. Antaño fueron relegadas a las fachadas traseras de importantes casonas de la calle Real, hoy son bellos miradores privilegiados, tallados en madera, pintados de verde monte, cerrados con discretas celosías o acristalados, son el exponente de la arquitectura civil más peculiar de esta ciudad, donde asoman frondosos geranios. Próximo el castillo de Santa Catalina (siglo XVI) y en contero armónicamente conjugada, la escultura el Alisio (1999) del artista canario Martín Chirino.
En el antiguo Real Convento de San Francisco y de la Inmaculada Concepción, fundado por la reina Juana la loca en 1508, se encuentra el Museo Insular, con el Museo provincial de Bellas Artes (1915), arqueología, ciencias naturales, etnografía, talleres de restauración del patrimonio mueble y el Archivo Biblioteca José Pérez Vidal, conocido etnógrafo palmero.
Rogamos al posible lector nos disculpe esta disgregación, ya que estimamos oportuno dar estas referencias en torno a la capital de la isla Benahuare, para una mejor comprensión del espíritu del awara.



[1] Santa Cruz de La Palma.

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